Comenzamos esta aventura libresca con el lanzamiento de nuestros dos primeros títulos: Las cuatro plumas y El enigma de las arenas. Dos clásicos incuestionables, dos novelas que fueron grandes superventas, cargadas de misterio, elegancia, acción, historia y romanticismo. Dos clásicos que se han llevado al cine.
Del primer título de la colección, Las cuatro plumas, The Washington Post afirma que “Es la novela perfecta para nuestra época de honor perdido”. Es uno de los clásicos más notables del género de aventuras. Un emocionante relato de camaradería, amistad y, en última instancia, distintas formas de amor. La novela se construye sobre una verdad que no podemos olvidar, pues a veces la vida otorga una segunda oportunidad, la más inesperada de las bendiciones.
Se trata de uno de los mejores libros para entender cómo se forjó el Imperio británico. A este respecto, se da un detalle curioso. De alguna manera, el autor incide en una de las mayores derrotas del Imperio británico, con las tropas coloniales arrasadas en Sudán y su máximo oficial, Gordon, decapitado, para humillación de Londres. Ese incidente está muy fresco cuando los hechos de la novela suceden, lo que provocaría una fuerte polémica. Así, la historia podía leerse en una doble clave que no iba a gustar a todos: la cobardía del muchacho protagonista, extendida a la de todo un imperio, cuyos sólidos cimientos coloniales comenzaban a resquebrajarse.
Independientemente del contexto histórico, sigue siendo una obra maestra.
El enigma de las arenas ha pasado a la historia de la literatura como la primera muestra de la novela de espionaje. Según The Times, «La primera y mejor novela de espías».
Narra la invasión de Gran Bretaña por parte de los alemanes, lo que se confirmaría más tarde en la Segunda Guerra Mundial, y la advertencia acerca de las carencias de las defensas británicas. Una temática que provocó que la novela gozara de un rotundo y continuado éxito.
Una formidable historia de mar, amor y guerra. Dos jóvenes valerosos que navegan entre brumas hacia el peligro, a bordo del Dulcibella. Son los compañeros de mar y aventura que en caso de arriesgar así la vida cualquiera elegiría tener.
Condenado a muerte, antes de ser ejecutado el 24 de noviembre de 1922 en los cuarteles de Beggars Bush en Dublín, Robert Erskine hizo prometer a su hijo adolescente y futuro presidente de Irlanda que perdonaría y estrecharía las manos de todos los que habían firmado su sentencia de muerte. El propio condenado lo hizo con cada uno de los miembros de su pelotón de fusilamiento. Les conminó al advertir su incomodidad… «Den uno o dos pasos hacia adelante, chicos, será más fácil así». Aquel día moría una figura excepcional: soldado, aventurero, político, inglés de origen que combatió por los suyos en la Gran Guerra y contra ellos por la independencia de Irlanda, aunque los irlandeses nunca dejaran de recelar de «ese maldito inglés». Es el autor de esta novela, una de las mejores en su género.