Seguimos celebrando el centenario de Joseph Conrad que, tras sus aventuras en Marsella, desarrolló su carrera en la marina mercante británica tras llegar, en 1878, desde la citada ciudad francesa en el vapor británico Mavis, en el que se había incorporado como aprendiz.

Los primeros años de Joseph Conrad en Inglaterra fueron un período de intenso aprendizaje y desarrollo personal. Durante estos años, Conrad navegó por los mares del mundo, acumulando experiencias y conocimientos que enriquecerían su obra literaria.

Desde sus humildes comienzos como marinero ordinario hasta su ascenso a capitán y la transición a su carrera literaria, estos años sentaron las bases para las profundas y complejas narrativas que definirían su legado como uno de los grandes escritores de la literatura inglesa. Exploremos cómo sus vivencias en la marina mercante y su vida en Inglaterra continuaron influyendo en su obra y su legado literario.

Primeros años en la marina mercante

Skimmer of the Sea (1878)

Después de llegar a Inglaterra en 1878, Conrad comenzó su carrera como marinero ordinario en el Skimmer of the Sea, un pequeño barco de cabotaje que navegaba en las aguas costeras del Mar del Norte. Este fue su primer contacto con la marina británica, donde adquirió experiencia en navegación y aprendió los rigores de la vida en el mar.

Duke of Sutherland (1878-1879)

El 15 de octubre de 1878, en su primer servicio genuino en el mar, Conrad navegó en el Duke of Sutherland en su viaje más largo hasta entonces, alrededor del Cabo de Buena Esperanza hacia Australia, llegando el 31 de enero de 1879 al puerto de Sídney. Durante este tiempo, Conrad se familiarizó con las condiciones locales y el argot, lo que más tarde revelaría en su cuento To-morrow.

Europa (1879-1880)

El 11 de diciembre de 1879, Conrad se enlistó como marinero en el Europa, un barco de vapor de hierro. El barco partió hacia Génova, Nápoles, Patras y Palermo, regresando a Londres el 29 de enero de 1880.

Loch Etive (1880-1881)

El 21 de agosto de 1880, Conrad navegó como tercer oficial en el Loch Etive, un clíper de hierro. El barco llegó a Sídney el 24 de noviembre de 1880 y comenzó su viaje de regreso el 11 de enero de 1881. En su libro El espejo del mar (1906), Conrad relata el rescate de la tripulación de un barco danés durante este viaje. Esta ruta le permitió conocer mejor el Océano Índico y el Mar de China Meridional, además de enfrentar las duras condiciones del Cabo de Hornos.

Palestine (1881-1883)

Conrad sirvió como segundo oficial en el Palestine, que operaba en rutas entre Inglaterra y puertos del Lejano Oriente, como Bangkok y Singapur. Era un viejo barco de cabotaje que partió hacia Bangkok el 21 de septiembre de 1881 y que sufrió daños debido a fuertes vientos y tuvo que regresar a Falmouth para reparaciones. Finalmente, el 17 de septiembre de 1882, el Palestine zarpó hacia Bangkok, donde se incendió en el estrecho de Bangka el 14 de marzo de 1883, lo que llevó a la tripulación a abandonar la nave. Durante esta época, Conrad comenzó a familiarizarse con las culturas asiáticas, observaciones que más tarde plasmaría en sus escritos.

Riversdale (1883-1884)

El 10 de septiembre de 1883, Conrad se enlistó como segundo oficial en el Riversdale, que zarpó de Londres el 13 de septiembre de 1883 y llegó a Madrás, India, el 6 de abril de 1884. Durante este tiempo, el capitán Lawrence Brown McDonald despidió a Conrad por informar a un médico sobre la condición alcohólica del capitán. Las rutas y experiencias en este barco contribuyeron a su comprensión de la vida marítima y las operaciones comerciales.

Narcissus (1884-1885)

El 28 de abril de 1884, Conrad se enlistó como segundo oficial en el clíper Narcissus. El barco zarpó hacia Londres el 5 de junio de 1884. Este barco inspiró su novela El negro del Narciso (1897), que narra la vida a bordo y la dinámica entre la tripulación durante una travesía desde Bombay a Londres.

Vida en Inglaterra durante este período

Durante estos años de servicio en la marina mercante, Conrad pasaba períodos intermitentes en Inglaterra. Se alojaba en Londres, a menudo en pensiones y casas de huéspedes, compartiendo alojamientos con otros marinos o viviendo solo. Estos períodos en tierra le permitieron conocer mejor la sociedad inglesa y establecer contactos que serían útiles en su futura carrera literaria.

Durante los años 1885 a 1888, la demanda de nuevos buques disminuyó, reduciendo las oportunidades para oficiales extranjeros, lo que afectó a Conrad. En abril de 1885, encontró trabajo como segundo oficial en el clíper Tilkhurst, destacando la positiva relación con el capitán Edwin John Blake. El barco zarpó hacia Singapur y Calcuta antes de regresar en enero de 1886. Durante su estancia en la India, Conrad envió cartas a su amigo Joseph Spiridion, mostrando un cambio en su perspectiva sobre Polonia y aceptando Inglaterra como refugio.

Desesperado por la falta de oportunidades, Conrad consideró dedicarse al negocio ballenero, pero fue disuadido por Spiridion. Tras su regreso a Dundee en junio de 1886, su tío le instó a aprobar el examen de capitán y obtener la nacionalidad británica.

En 1886, Conrad se convirtió en ciudadano británico y pasó su examen para obtener el certificado de competencia como capitán. Este logro marcó un hito importante en su carrera, permitiéndole comandar su propio barco.

Highland Forest (1887-1888)

En febrero de 1887, Conrad se enlistó como primer oficial del Highland Forest. El barco zarpó de Ámsterdam el 18 de febrero y llegó a Java el 20 de junio. Conrad firmó su salida el 1 de julio.

Vidar (1887-1888)

El Vidar fue otro barco en el que Conrad sirvió como primer oficial. Un pequeño vapor que realizaba viajes entre Singapur y pequeños puertos en Borneo y Sulawesi.

Otago (1888-1889)

Entre 1888 y 1889, Conrad fue capitán del Otago, un barco de vela que operaba en las rutas comerciales del Pacífico Sur. Durante este período, Conrad navegó extensamente entre Australia y las islas del Pacífico. Estas experiencias se reflejan en sus obras posteriores, donde la figura del capitán y la vida en el mar son temas recurrentes.

Roi des Belges (1890)

Uno de los viajes más significativos de Conrad fue su expedición al Congo en 1890, donde sirvió como capitán del vapor Roi des Belges. Este viaje fue crucial para la creación de El corazón de las tinieblas (1899), una meditación profunda sobre el imperialismo y la naturaleza humana. Las experiencias de Conrad en el Congo, incluyendo las atrocidades que presenció, dejaron una marca indeleble en su vida y obra.

Últimos viajes y primeras obras

La experiencia de Joseph Conrad en África tuvo un impacto significativo en su visión crítica sobre el colonialismo, específicamente en la idea de la «misión del hombre blanco», en relación a la creencia de que los europeos tenían la responsabilidad de civilizar otras partes del mundo. Esta experiencia lo convirtió en uno de los críticos más destacados de esta ideología.

Además, su tiempo en África representó su último y más significativo intento de integrarse en una estructura social organizada. Al aceptar un trabajo con una empresa comercial en el Congo, se unió a una organización con actividades en tierra firme, lo que era una novedad en su vida.

Sin embargo, después de esta experiencia, Conrad se volvió más cerrado y evitó participar en cualquier tipo de institución el resto de su vida. Esto resalta cómo, tras su tiempo en África, optó por un estilo de vida más solitario y alejado de la sociedad.

Torrens (1891-1893)

Entre 1891 y 1893, Conrad sirvió como primer oficial en el Torrens, un clíper conocido por su velocidad y eficiencia. El Torrens operaba principalmente en la ruta entre Londres y Australia, Conrad realizó varios viajes en este barco. Estas travesías le proporcionaron material para su primera novela y le permitieron conocer a escritores como John Galsworthy, quien también viajaba en ese barco como pasajero.

Galsworthy, que más tarde se convertiría en un novelista y dramaturgo de renombre, fue uno de los primeros en reconocer el talento de Conrad. En varias ocasiones, Galsworthy ayudó a promover el trabajo de Conrad, recomendándolo a editores y apoyando sus publicaciones.

Durante estos años, Conrad comenzó a escribir con más dedicación. En 1894, decidió dejar su carrera en la marina mercante para dedicarse por completo a la escritura. Esta no fue una decisión fácil, ya que significaba abandonar la estabilidad de un empleo que había mantenido durante años para aventurarse en el incierto mundo de la literatura.

La locura de Almayer

La publicación de su primera novela, La locura de Almayer en 1895, marcó el inicio de su carrera literaria. La novela está ambientada en el sudeste asiático, una región que Conrad conocía bien gracias a sus viajes. Esta obra narra la historia de Kaspar Almayer, un comerciante holandés que vive en Borneo y cuyo sueño de riqueza y reconocimiento se va desmoronando. La obra destaca por su atmósfera exótica y su profunda exploración de los personajes, elementos que se convertirían en distintivos del estilo de Conrad.

La recepción de La locura de Almayer fue positiva, lo que proporcionó a Conrad la confianza y el reconocimiento necesarios para continuar su carrera literaria. La crítica elogió su capacidad para describir el entorno tropical y la complejidad de sus personajes. Este éxito inicial le permitió ingresar en los círculos literarios de Londres, donde conoció a otros escritores y editores que jugarían papeles importantes en su desarrollo como autor.

Londres era un centro de actividad literaria en la época, y ser parte de este entorno le dio acceso a una red de apoyo y colaboración. Conrad conoció a escritores como Henry James, H.G. Wells, y Ford Madox Ford, quienes influirían en su trabajo y le ofrecerían consejos valiosos.

La decisión de dedicarse por completo a la escritura también permitió a Conrad experimentar con diferentes géneros y estilos. Durante los años siguientes, escribió algunas de sus obras más importantes, en las que reflejó su profunda comprensión de la naturaleza humana y su habilidad para crear historias cautivadoras en entornos exóticos y a menudo hostiles.

 

Portada del libro Juventud de Zenda-Edhasa de Conrad

 

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